Expectativas vs. Realidad en la Cirugía de Ojos: Lecciones Desde Mi Experiencia

El Dr. Enrique Barragán Garza explica cómo las expectativas y la realidad influyen en el éxito de la cirugía LASIK y por qué cada paciente requiere una evaluación personalizada.

Dr. Enrique Barragán, Oftalmologo en Monterrey

10/22/20253 min read

Como oftalmólogo, he aprendido que las expectativas de los pacientes y la realidad médica a menudo no coinciden.
En este artículo comparto por qué el estilo de vida y la confianza entre médico y paciente son tan importantes como la cirugía misma, y por qué no todos los ojos son adecuados para la misma solución.

Lo que los pacientes suelen esperar

Cuando los pacientes acuden por primera vez a consulta, llegan con entusiasmo y grandes esperanzas.
Muchos creen que procedimientos modernos como la cirugía LASIK les devolverán una visión perfecta, sin lentes y sin preocupaciones para toda la vida.

Esa ilusión es comprensible, y admiro ese optimismo. Pero la realidad es más compleja.
Mi trabajo no es solo realizar una cirugía de ojos, sino ayudar a cada persona a entender que cada caso es único y que el verdadero éxito consiste en encontrar la solución que mejor se adapte a sus ojos y a su estilo de vida.

Entre las expectativas más comunes que escucho están:

  • “El LASIK me hará ver como cuando tenía 20 años.”

  • “Nunca volveré a necesitar lentes.”

  • “La cirugía es rápida y sencilla, así que el resultado debe ser automático.”

  • “Si a mi amigo le fue bien con LASIK, a mí también.”

Estas ideas son normales; la publicidad y los testimonios a veces simplifican un proceso que en realidad es profundamente individual.

La realidad: cada ojo es diferente

La verdad es que no hay dos ojos iguales.
Un paciente con miopía estable puede ser un excelente candidato para LASIK, mientras que alguien con córneas más delgadas puede beneficiarse más de una técnica como PRK.

Incluso entre LASIK y PRK, la elección depende de los hallazgos médicos y del estilo de vida del paciente.
A veces los pacientes se sorprenden al descubrir que la mejor cirugía para ellos no siempre es la que esperaban.

El estilo de vida importa más de lo que parece

Durante la consulta, siempre pregunto sobre las rutinas diarias:
¿Trabajas muchas horas frente a una computadora?
¿Practicas deportes, especialmente de contacto?
¿Pasas más tiempo leyendo o manejando de noche?

Estos detalles pueden ser tan importantes como los resultados de los exámenes.
Por ejemplo:

  • Un deportista puede estar más seguro con PRK en lugar de LASIK.

  • Alguien que conduce con frecuencia de noche debe tener expectativas realistas sobre destellos o halos durante la recuperación inicial.

La cirugía no se trata solo de los ojos, sino de cómo cada persona los utiliza en su vida cotidiana.

Conversaciones que construyen confianza

Algunas de mis experiencias más valiosas como oftalmólogo no han ocurrido en el quirófano, sino en el consultorio.
Recuerdo a un paciente que llegó convencido de que LASIK era su mejor opción.
Durante su evaluación descubrimos que tenía queratocono incipiente, una condición que hacía que LASIK no fuera recomendable.

En lugar de decepcionarse, se sintió aliviado de entender finalmente por qué su visión era inestable.
Enfocamos el tratamiento en detener la progresión del queratocono y explorar alternativas más seguras.
Para él, el valor de la consulta no fue obtener una cirugía, sino encontrar claridad y un plan que realmente se adaptaba a su situación.

Esa conversación generó más confianza que cualquier máquina láser.

El papel de las expectativas en el éxito

Con el tiempo, he aprendido que la satisfacción del paciente depende menos del tipo de cirugía y más de si las expectativas fueron realistas desde el principio.

Si alguien cree que el LASIK lo hará inmune al envejecimiento o a futuros cambios en su visión, es probable que se sienta frustrado.
Pero cuando comprende las posibilidades y los límites del procedimiento, el resultado se percibe como un éxito, incluso si sigue necesitando lentes para ciertas actividades.

Reflexión final

Como médico, creo que mi responsabilidad no es solo tratar los ojos, sino acompañar a las personas en sus esperanzas y temores.
La cirugía ocular puede cambiar la vida, pero no es una solución universal.

Cada paciente es único, cada estilo de vida es diferente y cada par de ojos merece un plan personalizado.
Los mejores resultados se logran cuando paciente y médico trabajan juntos, equilibrando expectativas y realidad, y construyendo un camino que realmente se adapte a las necesidades de cada persona.